sábado, 30 de abril de 2011

Waiting




La espera.Esperar.Esperado.Esperando.Espero.
Esperaba.Esperé.Y desaparecí.


El viaje psicodélico se realiza sin compañía.
Y me sentí bien.
Llovía.Y mi pelo se apelmazaba contra mi rostro.
Y sin embargo, en mi mente resplandecía un sol brillante.
Sólo en mis pensamientos.Mi corazón palpitaba, inquieto.
Se hallaba cubierto de nubes amenazantes.
Pero no importaba. Al Stewart me sonreía todo el tiempo.
Y aquella chica de cabellos dorados nunca volvió a aparecer.
A través de cualquier ventana puedo percibir su brillo. Él lo sabe.
Nunca se dejó ver.Mis ojos escupieron lágrimas.
Arnold Layne no volvió a ser el mismo.Lo buscaba por cada rincón.
Incluso las mugrientas ratas lo echaron en falta, allá abajo.

Y aquí sigo, esperando. Una espera interminable.
"Como una voz en el viento", dicen.

lunes, 18 de abril de 2011

Memorias Alhendinenses 6

Capítulo 6: El Despertar







-¿Esto es...el castillo?-pregunté, anonadada.
-¡Qué me aspen!-exclamó el Huertín, liándose el tercero
en aquella noche.
-¡Qué demonios...!-murmuró Jersi.
-Esto ni Marina d'Or...-opinó Boniato.
 Desde las almenas, las vistas que alcanzaban a ver nuestros mortales ojos eran
impresionantes. Una gran luna en el cielo iluminaba un
extenso campo de zanahorias. Un río plateado recorría todo
aquel paraje, acompañado a sus extremos de majestuosos
árboles frutales:limoneros,manzaños,naranjos,nogales...
Esto último nos lo dijo el Huertín, haciendo uso de su
visión alhendinense.
-Pero,¿no se suponía que este lugar era horrible, plagado
de seres infestos y con un aire contaminado...?-dudé.
-¡Qué demonios de horrible! Lo llego a saber y me vengo antes
a vivir aquí...-gruñó Jersi-Pero,¿tu has visto las cascadas
de allí al fondo?.
-Bueno...¿nos movemos o qué?-nos instó Boniato, mientras
comenzaba a andar.
-¿Y por qué no descansamos un poco mejor?-propuse.
-Pshh...La verdad es que estoy reventá...-opinó Jersi.
-Debe de ser el jet lag...Lo mejor será planchar la oreja un
ratejo...-corroboró el Huertín.
Boniato no cabía en sí de asombro.
-¡Pero bueno!¿No teníais que rescatar a Ratataco?
Los tres nos miramos de reojo.
-Ahora que lo dices...
-Pobrecito mío...¿Estará bien?
-¡Colega! Ya me has hecho sentir culpable...
Boniato nos dedicó una media sonrisa.
-"Que fácil de manipular son estos muchachos"-pensó.
Y así, y con mucho cuidado, nos dirigimos a rescatar
a mi fiel y zarrapastrosil chorbo.


Gásquez respiraba entrecortadamente.Hacía horas
que se había despertado, pero tenía el cuerpo entumecido
y era incapaz de moverse lo más mínimo.
No recordaba casi nada acerca de lo ocurrido, pero
sabía quien lo había capturado.
-"George..."-pensó.
Y comenzó a recordar...

              *                   *                  *

-Hola...-saludaba a un escuálido muchacho con barbas de naúfrafo.
Éste lo miraba cabizbajo, algo azarado.
-Buenas...-respondía al fin, tendiéndole la mano.
-¿Eres amigo de Jairete?-preguntaba Gásquez.
-Puede decirse que sí. Aunque sólo me quiere para reirse
de mí y chuparme la cara...-explicaba, con una media sonrisa.
-¡Qué me vas a contar! Eso hace con todos...-exclamaba Gásquez.
Ambos empezaron a reir, felices de compartir algo en común.
-¡Dioses!Casi se me olvida.¿Cómo te llamas?-decía el barbas.
-David.Para los amigos, Gásquez.-sonreía éste.
-George...Encantado- se presentaba, risueño.
Pronto llegaron los demás, gritando como cerdos en un matadero.
-¡Cuánto gayer hay por aquí suelto!-vociferaba Jairete,arrojándose
encima de George, que se intentaba escabullir, asqueado.
-¡Traemos bebida para todos!-anunciaba un Gamarra feliz.
-Vamos a poner el Singstar de Mecano...Nufi no podrá ganarme
esta vez...-decía Zambrano maliciosamente.
-Pshhh.¡Esa tía es una creída!.!Ya verás...!-sentenciaba Gamarra...
   
                          *                 *               *

Gamarra...A Gásquez se le saltaron las lágrimas mientras recordaba.
Aquellos tiempos en El Cerrillo habían sido demasiado felices como
para que ninguno de ellos los hubieran podido olvidar.
Se preguntó como podían haber acabado las cosas de esa manera.
Había bastado una sóla semana para que George se replanteara
en que bando quería estar, dejándolos de lado y marchándose
a iniciar su formación como nigromante a La Comarca, hogar del
despótico rey Esaurón.
A partir de ese momento la amistad del grupo había comenzado a
resquebrajarse, y eran ya pocos los días en los que quedaban todos juntos.
-"No puede haberse olvidado de nosotros..."-sollozó.
Intentó abrir los ojos, al fin.
Se encontraba en una amplia habitación rosa, decorada cuidadosamente,
y repleta de cuadros de gatitos con cara de siesos.
Pudo girar la cabeza, haciendo un soberano esfuerzo.
Su hermano se encontraba detrás suya, roncando cual rinoceronte
en celo, y con la boca abierta, mientras por sus labios se deslizaba
la transparente babilla.
-Sergio...susurró.
-Sí mamá...voy...-dijo éste en sueños.
Gásquez hizo un esfuerzo más y le pellizcó la pantorilla.
-¡Auuuu!-se quejó Sergio, despertándose.
-¿Recuerdas algo?-le preguntó Gásquez.
Sergio echó un rápido vistazo a la habitación, con los ojos abiertos
de par en par.
-Qué sitio más espeluznante...-opinó.
Gásquez asintió, mientras sus tripas comenzaban a quejarse.
-Me acuerdo de un tío muy raro, con unas barbas de náufrago-recordó.
-¿Y después?-preguntó Gásquez.
-Mmmmm. Después hubo un fogonazo verde y todo se volvió oscuro...
-Cierto...
-¿Tienes idea de dónde estamos?-inquirió Sergio, preocupado.
Gásquez observó la enorme luna que se alzaba majestuosa en el cielo,
a través de una ventana.Sin embargo, reinaba una oscuridad poco habitual.
Aquello debía de ser La Comarca.
-Sí...-se dijo a sí mismo-Y encima no llevo encima el portátil...



Ratataco se despertó, después de estar durmiendo una eternidad.
-Bufff...que siestecilla mas apañá...-se desperezó.
-¡Ya era hora!- esclamó un Zambrano semiatado.
Ratataco abrió mucho sus apestañados ojos, sorprendido.
-Pero,¿qué es esto?¿Dónde estamos?-preguntó.
-Ni idea, hijo mio. Sólo sé que me trajo un viejo conocido
nuestro...
-George...-murmuró Paco.
-Si.-afirmó Zambrano- Pero de eso hace ya un día entero.
-¿Tanto he dormido?- se extrañó el joven.
Zambrano puso los ojos en blanco. Lo de ese chabea no era normal.
-Al principio pensé que te habían drogado, pero ya veo que no...
Ratataco pareció recordar algo.
-¡Eh!¡Eh!.Yo estaba con la chorbah y con Jersi...¿Dónde estarán?-
preguntó, algo confuso.
-¿Esas?¡Jah! Celebrandro nuestro secuestro las muy...-farfulló Zambrano.
Ratataco lo corroboró con la mirada.Nadie iría a por ellos.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por unos acelerados pasos.
Alguien se acercaba.
Ambos jóvenes se abrazaron,asustados, sin saber que les depararía su destino.

sábado, 16 de abril de 2011

Memorias Alhendinenses 5

Capítulo 5: Recuerdos






George vaciló durante unos breves instantes antes de
abrir la puerta.
-¿Josema?-preguntó, ya una vez en el interior de aquella
destartalada casa.
Un repiqueteante ruido le hizo sobresaltarse.Rápidamente
se giró hacia atras, pero nada había allí.
El ruido provenía de arriba, por lo que subió las carcomidas
escaleras de madera procurando que no crujieran demasiado
a su paso.
-Cuidao...en los fregaos en los que me toca meterme...-iba farfullando
mientras ascendía.
Una vez en el piso superior, abrió con sigilo una de las puertas que se
encontraban más próximas a él.
-¿Josema?-volvió a repetir-Escucha, si estás por...-comenzó a decir,
cuando de repente una bola peluda se lanzó a su yugulá, entre
irritantes chillidos.
Profirió entre dientes un rápido hechizo protector, por el cual aquel
bichejo melenudo salió despedido hacia atrás y cayó al suelo, del que
no se volvió a levantar.
George, volviéndose a colocar el fular, se dirigió al lugar
en donde yacía aquella cosa.
Y sus pequeños ojos de nigromante se abrieron al máximo cuando
lo reconoció.
-¡Jairete Pollo Perdíz!¡Dioses!-gritó emocionado.
Y aquella marmota zarrapastrosa tan sólo fue capaz de chillar:
-¡Maldito brujo!¡Notas!¡Qué eres un notas!Cago en diez...
George sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo.
-Me alegro de verte, amigo-reconoció-aunque estás un pelín
cambiado.
Jairete lo traspasó con la mirada.
-Eres...¡lo peor!.¡Cambiado dice!¡Por tu culpa estoy así!-vociferó.
George frunció el ceño, sorprendido.
-¿Por mi culpa?¿Se puede saber que he hecho?
-¿Recuerdas aquellos tiempos en los que nos íbamos a fumar hierba
alta al cerro de Gamarra?-preguntó, mientras el brujo hacía memoria-
Pues bien.En una de esas, pillaste un colocón de los que hacen época
y juraste y perjuraste que cómo algo le pasara a tu gran amigo Josema,
yo me convertiría en una marmota peluda y apestosa...-terminó de
explicar con un deje de amargura en la voz.
George intentaba asimilar toda esa información.
-Eso quiere decir...¿Dónde está Josema?-preguntó algo angustiado.
-Son tiempos nefastos los que corren...Mordor ya no es un lugar
seguro. Josema no quiso escucharme cuando se lo advertí, y salió
a buscar hierba en Monte Vives...-contó a su amigo-Eso fue hace
más de un mes y aún estoy esperando su regreso...
George se maldijo una y otra vez.Debía de haber acudido antes allí.
Igual no era demasiado tarde...pensó.
-Saldremos a buscarle...-decidió.
-No, amigo.Yo iré a buscarle. Tu ya no eres bien recibido en estas
tierras...-sentenció, mientras se apartaba de él lentamente.
-Pero Jairete...recuerda aquellos años...-comenzó a decir.
-¡Basta! ¡Aquellos chavales ya no existen!-le espetó, con lágrimas
en sus redondos ojos-Cada uno hemos elegido el bando en el que
queremos luchar.Y nada...¡óyeme! Nada se cruzará en nuestro camino-
exclamó en un tono amenazador.
George quiso explicarle los motivos por los cuales había obrado de
aquella manera.Quiso disculparse, abrazarlo, y arreglar todo el mal
que había hecho.Pero ya era demasiado tarde para dar cuentas a nadie.
Demasiado tarde para cambiar.
Mientras se daba la vuelta, con la intención de marcharse, comenzó a
llorar en silencio.Y volvió a maldecirse.
De repente sintió un tremendo dolor en la cabeza, y antes de
desplomarse, pensó en la sonrisa de Josema, mientras su mundo
se oscurecía poco a poco.
-Lo siento, amigo...-murmuró Jairete, mientras se largaba de aquella
polvorienta habitación, echando un fugaz vistazo al cuerpo de su amigo,
que yacía en el suelo.



-¿Cómo que no sabes donde estamos?-estalló Jersi, por cuarta vez
en aquella oscura tarde.
-Es que si no me oriendo desde mi granja de jirafas...-se disculpó
el Huertín.
-¡Yo te mato!-lo amenazó ella.
-¡Pero bueno!¿Se puede saber que te pasa?-pregunté.
Jersi se tranquilizó un poco.
-Lo siento.Es que me duelen los pies y estoy algo irritante.
-Todos estamos igual...-le recordé.
-Bueno...no todos...-pareció advertir ella.
Boniato se encontraba danzando de un lado para otro,dando palmas
la mar de contento y cantando a voces I Feel Fine.
-¿A qué vienen esas caras largas?-nos sonrió.
Jersi se dio por vencida.
-Resignémonos.Jamás llegaremos a nuestro destino...
-Hemos fallado...-murmuré, pesarosa.
-Pero,¿por qué no me habíais dicho que no sabíais hacia donde
nos dirigíamos?. Podría haber abierto un portal hace horas...-
pensó Boniato.
CRI.CRI.CRI...
¿¡Cómo!?-preguntamos los tres, al unísono.
-Yo me creía que andábais por gusto.Y como hacía tanto
tiempo que no estiraba las patas, no me quejé...-se disculpó
él, enrojeciendo levemente.
-Cago en...
-Tanto tiempo malgastado...
-Ains...¡qué hombre!...
Boniato se puso al frente de la compañía con una sonrisa de par en par.
-¡Decidme el lugar pues!-propuso, juguetón.
-¡El castillo del Rey Esaurón!-gritamos con todas nuestras fuerzas.
Jersi pareció dudar un momento.
-Nos vamos a saltar media película así por la patilla...-se dijo.
Pero no compartió esta preocupación sin importancia con el resto de
sus amigos y entró en el portal, pensando que más tarde le mandaría un
sms a San Negro.



-¿Pillas conexión?-preguntó Sergio desde la parte de atrás de la montura.
Gásquez negó cabizbajo con el portátil en la mano, mientras espoleaba
a Emiliana, su yegua zarina.
-Va a anochecer dentro de un rato-percibió éste-Será mejor que encontremos
un lugar para pasar la noche.
Sergio asintió.
-¿Qué te parece esa casa de allí?-dijo, señalando con un dedo una vieja casa
semidestruida.
A Gásquez no le dio muy buena espina aquella destartalada vivienda, pero
acabó aceptando a falta de más opciones.
El porche de la entrada estaba repleto de amarillentas hojas cubiertas de barro,
que parecían advertirles del oscuro secreto que se escondía tras la puerta.
¿Hola?-saludó Sergio una vez en el interior.
-Parece que aquí no vive nadie-opinó Gásquez, entrando tras su hermano.
Sergio comenzó a investigar todo lo que era capaz de vislumbrar a su
alrededor, pues la penumbra cubría casi toda la estancia.
Todo parecía crujir a su paso.Aquella casa era muy vieja.Demasiado.
-¡Ahhhhhhhhhhhh!-gritó Gásquez.
Sergio se sobresaltó, uniéndose al grito.
¿Qué pasa?-preguntó, con el corazón encogido.
-¡Hay conexión!-exclamó su hermano, jubiloso.
Sergio puso los ojos en blanco.
-Brrrrr...Eres....-intentó encontrar la palabra adecuada.
-Mira-le indicó Gásquez, señalándole la pantalla del ordenador.
-Señal : La Marmota Chocolatera...-leyó Sergio.
-¡Dios! Adoro a esa marmota, sea quien sea.-rió, feliz.
Pero desgraciadamente, la felicidad apenas duró un suspiro.
-Pshhh. Escucha.-Sergio le hizo un gesto a su hermano para
que se callara.
Del piso de arriba llegaban injurias, amenazas y lamentos.Y aquella voz
les era extrañamente familiar.
Para cuando fueron conscientes del peligro que corrían, el nigromante
ya se había dado cuenta de que no era el único intruso en aquella casa.

Memorias Alhendinenses 4

Capítulo 4:Otra vida






-¡Alto!-exclamó un hombre encapuchado,saliéndonos al paso.
El Huertín, macho donde los haya, se escondió detrás de Jersi,
temblando.
-¿Hola?-saludé-Perdone señor, sólo pretendemos cruzar este
puente para continuar nuestro camino hacia La Comarca.
Aquel misterioso hombre, se quitó la capucha, dejando ver
un rostro surcado de arrugas y de heridas de guerra.
-¿Sois mordorianos?-preguntó, mientras en su rostro se
formaba una mueca de sorpresa.
-Mmmm...Bueno, podría decirse que sí-respondió Jersi.
-¡Yo soy de Alhendín!, pero toda mi familia es de descendencia
mordoriense-exclamó El Huertín, asomando la cabeza desde
detrás de Jersi, con orgullo.
-Yo soy Saidinera, del Saidin's City-dije.
El anciano me hizo un prolongado repaso de arriba a abajo.
-Ajam...Así que saidinera. Pocas quedan ya de tu raza...-advirtió-
¿Cómo te llamas, buena moza?.
-Nufi Floyd,hija de Rufi El  Pitufi-respondí.
-Mmmm Nufi Floyd...Tan bonita como tu nombre...-dijo aquel
cada vez más tenebroso viejo, relamiéndose.
Jersi, que comenzaba a darse cuenta de las intenciones de éste,
me cogió de la mano y tirando de el Huertín, nos obligó a caminar
hacia delante.
-Lo siento señor...-comenzó a decir ella.
-Boni Boniato, para servirla...-se presentó él, observándola con
lascivia.
-Este...si. Pues eso, que... ¡adios muy buenas!-se despidió Jersi.
Boniato empezó a seguirnos.
-Permitidme que os acompañe, hermosas doncellas-se ofreció,
mientras besaba la mano de el Huertín, que se ruborizó al instante.
-Ains...que hombre...-suspiró éste.
-No hace falta mujéh. Quédate aquí vigilando el puente...-le propuse.
-Llevo más de 200 años aquí, como un pasmarote, vigilando esta
birria de puente por el que nadie pasa.¡Estoy hasta los mismísimos!-
exclamó, con rabia-Nada.Os acompañaré y me quejaré a ese tal rey
al que vais a ver...
Pero sólo Huertín escuchaba a aquel viejo pederasta, ya que Jersi y yo
discutíamos en un rincón.
-¡ Más de 200 y pico años dice que tiene, aquí mi primo!-gritó Jersi.
-Debe de ser un mago entonces...Puede que nos haga falta-pensé.
Jersi me miró, furiosa.
-Tú confía en él, que ya verás que pronto te llevas el palo...-farfulló.
-¡No seas desconfiada ni mala follá y tira ya pa'lante!-exclamé.
El Huertín y Boniato nos observaban, espectantes.
-¿Viene con nosotros entonces?-preguntó el fumeta, con los ojillos
brillando de ilusión.
-Sí,¿por qué no?-decidí, sonriendo.
Y de esta manera, nos pusimos los cuatro en camino, hacia nuestro destino,
mientras Jersi continuaba bufando.

Mientras tanto...

-Cada vez son más los que se unen al rescate de los alhendinenses...-
percibió George, el Nigromante.
De entre las sombras de la oscura estancia surgió una mano putrefacta
con unas uñas del tamaño de un mejillón.
-Vas demasiado despacio...Debes de conseguir capturar a los tres
alhendinenses restantes, antes de que la compañía adquiera más
poder...-sentenció Esaurón.
-Si, mi amo. Antes de esta noche tendrá a uno más-prometió
su fiel servidor, abandonando la estancia.
Esaurón observó el paraje que se llegaba a vislumbrar a través
de un gran ventanuco de piedra, y le gustó la penumbra en la
que poco a poco iba sumiéndose toda la Tierra Media.


Gásquez preparó la montura aquella misma tarde, mientras
su hermano cocinaba vete tú a saber que experimento.
Partirían dentro de unas escasas horas. Alhendín ya no
era un lugar seguro en el que vivir, y la pérdida de sus amigos
le había ocasionado una profunda tristeza que se enroscaba
más y más a su débil corazón, a cada minuto, a cada segundo.
-¡Gásquez!.¡Qué te estoy hablando!-exclamó su hermano,
sacándolo de su ensimismamiento.
-¿Eh?Dime, dime-respondió éste.
-¡Qué si me llevo el portátil!
Gásquez observó las lejanas montañas, con aire nostálgico.
-¿Crees que allí a donde vayamos habrá conexión para
jugar al LoL?-preguntó, mientras sus ojos comenzaban
a escupir lágrimas.
Sergio intentó abrazarlo, pero su condición de repudiador
le impedía hacerlo.
-Vamos bobo...¡Ya verás como algún día volveremos a jugar
a juegos de roll!.Incluso tendremos nuevos amigos...-lo consoló,
dándole suaves palmaditas en la espalda.
-Ojalá Paco estuviera aquí...-y diciendo esto, comenzó
a cantar Wish You Were Here, mientras Sergio se tapaba
los oídos, deseando irse de allí de una vez por todas.

viernes, 15 de abril de 2011

Memorias Alhendinenses 3

Capítulo 3: Presentimiento




Llovía. Más bien diluviaba. Pero ahí estábamos las dos. Cruzando
aquellas pantanosas tierras en busca y captura de Esaurón, sin tener
ni la más mínima idea de donde se encontraba.
Durante el camino, Jersi se paró unas cuantas veces, buscando
cobertura inútilmente, ya que como todo el mundo sabe, en la
Tierra Media, poca cobertura iba a haber.
Tras lograr cruzar un extenso barrizal, me paré en seco, mientras por
mi rostro resbalaban gotas acuosas.
-¿Recuerdas lo que nos dijo el Huertín aquella fría noche?-pregunté.
Jersi se tomó unos instantes antes de responder.
-" Si me necesitáis, gritad todo lo que podáis"-recordó ella.
Y sin pensarnoslo dos veces comenzamos a vociferar su nombre ante
aquella devastada tierra.
Silencio.Nada se oyó al principio. Y de repente, un grito de júbilo rasgó
el aire. Era él. Venia corriendo, melena al viento, y con esos pantalones
caídos y desastrosos que lo caracterizaban.
-¡ Qué pasa plimas!¿ Seguís teniendo novio?-preguntó el Huertín,con voz
de fumao (como siempre).
Pusimos los brazos en jarra y desviamos la mirada, resoplando.
-Si hijo, si. Ese no es el caso. Sé que conoces el camino hacia la morada
del rey Esaurón. Y nos vas a llevar sí o sí, como en pago de los chupitos a
los que nunca nos invitaste.-respondí algo molesta.
-¡Uhhh!.¡Tranquila hermana!. Os ayudaré, pero con la condición de acabar
antes de las 8, que tengo que estar tempranico en el Hipnosis.- dijo, riéndose
alocadamente.
-¡Que sí, illoh! ¡Ala! Tira p'alante...-le espetó Jersi, furiosa.
Y así, partimos rumbo a través de esas lejanas tierras alejadas de la mano de
Dios, donde según el Huertín, se hallaba aquel despótico rey.


Hacía ya tiempo que Gásquez sospechaba lo que se le venía encima. Lo notaba
en el ambiente. Y desgraciadamente, no se equivocaba.
- Ve con cuidado si sales a la calle.Son tiempos peligrosos los que corren.-le
advirtió a su hermano Sergio (más conocido como el Repudiador, pues no dejaba
que se le acercara nadie).
Éste lo miró confuso ante tales palabras, pero no dijo nada al respecto, y se fue a
llamar a Zambrano.
Mientras caminaba por el angosto camino hacia la casa, se extrañó bastante al no
ver a nadie por allí, y un escalofrío le recorrió toda la columna. Aquello le dió
mala espina, pero continuó su recorrido, quitándose aquellas malas vibraciones.
Pero cuando llegó a su destino y observó la casa semidestruida de Zambrano,
supo en lo más profundo de su corazón que estaba en peligro. Gritando el
nombre de su amigo, entro en la destartalada vivienda.
¡Zambri! ¡Zambri!-exclamó sollozando.
Pero allí nada se escuchaba, tan solo el rumor de la lluvia repiqueteando
contra las ventanas.
-¿Sergio...?-susurró una dévil voz.
El Repudiador se dió la vuelta, sobresaltado.
-¡Gamarra! ¿Qué te ha pasado?-preguntó Sergio, ayudando a su amigo a
 levantarse del suelo, que se hallaba completamente cubierto de trastos.
Pero no pudo ponerse en pie.Estaba muy pálido y le costaba respirar.
- Ellos vinieron...y se lo llevaron. No pude evitarlo...-explicó, apenas ya sin fuerzas.
¿A quién?¿ Quiénes son ellos?- preguntó Sergio.
Pero Gamarra nunca llegó a responder a tal pregunta, y antes de exhalar
su último aliento susurró:
-Manuela…
Sergio, al no comprender muy bien de que iba todo aquello, y mucho menos
quien era Manuela, lo único que pudo hacer fue llorarle a moco tendido a su
querido amigo ya fiambre…

viernes, 8 de abril de 2011

All The World Is Love

Todo el mundo es amor.
Pero no todo el mundo sabe cómo transmitirlo.

Todos nos merecemos a alguien que nos quiera.
Puede ser cualquiera. La persona que menos te esperes.

Y sin embargo, pueden pasar años antes de que esta sea encontrada.
Nunca hay que conformarse con lo que se tenga, si lo que se
quiere de verdad va por otro camino.

Todo el mundo puede aspirar siempre a lo que desee
y nadie debe pensar cosas tales como: " Cada uno tiene
lo que se merece".Nunca.

Y esto no va dirigido a nadie en especial,¿de acuerdo?.

Porque sé lo que sientes, lo que piensas, y el motivo por
el que tu mirada café escupe lágrimas.
Y no es el fin del mundo. Si no puede ser, no es.Ya será.

Te encierras.Oscuridad.Esperando a que todo cambie.
A que el mundo deje de dar vueltas.A que todo sea un sueño.
Y sabes que nada cambiará si tú no pones remedio.Lo sabes.
Y aún así lo dejas pasar, un dia, y otro, y un año más quizás.

No me importa si te molesta que escriba esto, no me importa
que no le des importancia y defiendas aquello en lo que crees.
Pero mira dentro de ti, y hallarás la respuesta.Y no te gustará.
Únicamente quiero que tu mirada vuelva a sonreir como antaño.






All The World Is Love: (The Hollies):


En mi mente aislada
las cosas valoradas son difíciles de encontrar.
Mi mente se ha ido no sé a donde,
dejándome sin su cuidado.

Cuando mis pensamientos sean cogidos al vuelo,
enciérralos bajo las hojas en blanco.
Construyendo castillos en el aire.
Dejándome sin su cuidado.

En un espacio abarrotado, solo.
Ahí es donde me encontrarás.
He dejado mi mente en algún sitio,
flotando detrás de mí.

Cielos azules de nubes blancas para ser vistos.
Ojalá mi mente puediese estar limpia
como las nubes que nadan allá arriba.
Todo el mundo es amor.


En un espacio abarrotado, solo.
Ahí es donde me encontrarás.
He dejado mi mente en algún sitio,
flotando detrás de mí.

Burbujas flotando alrededor.
Dejando mi cuerpo sobre la tierra,
libre, sin fuerzas para moverse.
Todo el mundo es amor.
Todo el mundo es amor.
Todo el mundo es amor.

Let it be

Mi foto
And what exactly is a dream?