jueves, 27 de diciembre de 2012

Memorias Alhendinenses - Especial Xmas

Parte I : La Tosca de Mordor

Rama de Arbol con nieve

Caía sobre la extensa región mordoriana un manto de espesa nieve
que dificultaba el paso a los viandantes que se atrevían a salir al exterior.
Un joven de ojos verdes observaba todo el panorama a través de la
ventana de su casa, con los ojos abiertos de par en par.
Alguien llamó a la puerta.
Él se sobresaltó y se agazapó en un rincón.
Sus padres no estaban, y le había hecho prometer su madre que nunca le
abriría la puerta a desconocidos en su ausencia.
Volvieron a aporrear la puerta.
-¿Hay alguien?¿Puede ayudarnos?-exclamó una vocecilla desde el exterior.
No parecía ser nadie peligroso, por lo que reuniendo algo de valor, avanzó
hacia la puerta.
-¿Puede abrir, por favor?-volvió a preguntar la suave voz-Se nos ha colado
la pelota en su patio.
Tiró del postigo de la puerta muy despacito, hasta que un sonrosado rostro
apareció al otro lado.
"Pero si es una criaja"-resopló él mentalmente.
Ella iba abrigada hasta las trancas, con toneladas de ropa sobre su débil cuerpo.
-¿Qué quieres?-preguntó el joven, con aire de superioridad.
Ella se limitó a sonreír.
-Estaba jugando con mis amigos y uno de ellos ha tirado la pelota a tu patio-
respondió.
-¿No eres muy enana para andar por la calle sola?-preguntó el muchacho.
Rió.
-Acabo de cumplir trece años-susurró-Los de mi raza somos así de pequeños.
Él se fijó entonces en sus arrugadas orejitas, y en sus pies descalzos y peludos.
-¿Qué eres?-abrió sus grandes ojos, sorprendido.
-Un hobbit-contestó.
-No sabía que aún existían.
-Somos poquitos ahora-murmuró cabizbaja-¿Quieres venir a conocer a a mis
amigos?-le propuso ella.
Su sonrisa parecía dulce y sincera.
-Bueno...pero antes tendré que darte la pelota,¿no?-le dijo, mientras en su rostro
se formaba una media sonrisa.
-Me llamo Nufi-se presentó ella, ofreciéndole su mano.
Él la estrechó con fuerza, sintiendo que no sería la primera ni la última vez que
lo haría.
-Zambrano-susurró.



Hacía rato que había dejado de nevar.

-¡Hey!-chilló Jersi, mientras le tiraba a Ratataco de los pelos-¡Esta noche hay
un concierto en la Tasca de Mordor!
Gásquez dejó de comer nieve, interesado por la nueva noticia.
-¿Quién toca?
Jersi echó una ojeada al cartel que había arrancado de la tapia sobre la
que estaban apoyados.
-Unos tal Fast Pram.
-¡Ese grupo me suena!-vociferó Gásquez dando pequeños saltitos en la nieve-
Me han dicho que el guitarrista es bestial.
Ratataco puso especial atención en los cinco chabales que salían en el cartel.
-¿Cual?¿El emo este?-preguntó Gamarra, señalando a un muchacho afeminado
cuyo flequillo tapaba sus ojos.
-¡No, hombre!¡Este!-le riñó, apuntando ahora a un joven barbas que sujetaba su
guitarra con maestría.
-Entonces,¿vamos?-propuso Jersi.
Todos se observaron con una media sonrisa.
-Vamos a esperar al menos a la pastroja de Nufi, a que nos traiga la pelota-recordó
Jairete.
A Ratataco, a pesar de disimular sus sonrojadas mejillas, se le iluminó la mirada al
pensar en aquella pequeña y zarrapastrosa joven.


-¡Os traigo una presa!-exclamó Nufi, apareciendo por la esquina de la tapia,

tirando de un joven que le sacaba una cabeza.
-No está nada mal...-murmuró Jersi, mientras sus pupilas se dilataban.
-¡Meh!Otro pavo más...-comentó Jairete.
Para cuando se hubieron acercado, todos les rodeaban, con curiosidad.
-Hola...-saludó tímidamente el muchacho-Me llamo Zambrano.
-¡Bienvenido Zambrano!-dijeron al unísono.
-Te queremos-remató Jersi, observándolo lascivamente.
Él se puso extremadamente rojo, y desvió la vista para el otro lado.
-Lo dicho.¿Os venis esta noche a ver tocar a Fast Pram?-preguntó
Gásquez.
A Nufi le brillaron los ojos durante un breve instante.
-Música pajarraca...-musitó, mientras se subía a la espalda de
Ratataco, espoleándolo cual caballo.
Y así, el extraño grupo formado por cuatro elfos, dos hobbits
y un humano, partieron hacia su destino.


-¡Cómo que no podemos entrar!-chillaba Jersi, intentando

escapar de los fornidos brazos del guardia de seguridad del
pub "La Tasca de Mordor".
-Sois aún unos criajos-respondió con potente voz.
-¡Queremos ver a Fast Pram!-gritó Nufi, mordiéndole en
la pierna derecha.
Un muchacho que se disponía a entrar en aquel garito, se paró
en seco al observar tal escena y se aproximó a ellos.
-Déjales entrar, son amigos-indicó al guardia, con una sonrisa
extrema de colgado.
-¡Josema!-se sorprendió Jairete al reconocer a su viejo amigo-
¿Qué haces tú por aquí?
-Ahora soy el batería de Fast Pram-contestó, mientras se liaba
un cigarrillo.
-Real...-afirmó Jairete, observando las pintas de yonki que traía
su amigo.
-Entrad ya si queréis-les invitó-Aún queda otra sorpresa.
Y tras decir esto, todos le siguieron como a un Moisés triunfador tras
haber abierto las aguas.


En el interior del pub no había demasiada gente.Pocos elfos y muchos

orcos borrachos coreando una canción de Nirvana.
A los pies del escenario un excéntrico fan daba pequeños grititos
de alegría y cantaba en un susurro.
-Os invito a tomar algo-se le ocurrió a Josema, mientras pedía unas cuantas
jarras de cerveza.
Todos le miraron, incrédulos.
-Tío, que no tenemos ni quince años...-respondió Ratataco, cabizbajo.
-Acepto-sentenció Gamarra, cogiendo una de las jarras.
Al cabo de un rato, entre cerveza y parloteo, cayeron en un estado
de euforia nunca experimentado, y poco a poco fueron perdiendo
las formas.
-La Rufis...-reía Zambrano lanzando a Nufi por los aires
y sorprendiéndose ante lo poco que pesaba.
-¡Eh!Vayas a creerte que por ser más alto le vas a gustar más-le soltó
Ratataco.
Zambrano le miró sorprendido.
-A mí no me gustan las enanas, tío-le espetó.
Gamarra intentaba mientras tanto ligar con Jersi, sin mucho éxito,
y Jairete aprovechaba para:
-Si queréis un trío, me hacéis un llama y cuelga-decía.
Lo que ninguno de los dos sabía era que a Jersi le iban más los negros.
De repente, el escenario se iluminó, y se vislumbró la figura de un guitarrista
flacucho y con barba retocada.
El tiempo pareció detenerse hasta que el barbas hizo sonar los primeros
acordes de una melodía pajarraca a más no poder.
-Que toscos son...-murmuró Gamarra, observando al guitarrista con aire soñador.
A Jairete se le encendió la media neurona que le quedaba en la cabeza.
-¡George!-vociferó a su amigo el barbas de naúfrago, reconociéndolo al fin.
-¿Quién es George?-preguntó Nufi, hipando.
-Un amigo...-respondió Jairete, mirando fijamente hacia el escenario, quizás con
nostalgia.
Cuando el concierto alcanzaba su culmen, entraron en el garito un par de policías.
-¡Ostras pedrín!-se sorprendió Gamarra-¡La pasma!
-Tenemos que escondernos...-propuso Ratataco, agachando la cabeza.
Cogieron de la mano a Jersi y a Nufi y se las cargaron en la espalda, mientras
informaban rápidamente a Zambrano y a Jairete de la situación.
-Un momento,¿Y Gásquez?-se dio cuenta Jersi.
-Yo no lo he visto desde que entramos...-dijo Zambrano, recordando.
Los policías se acercaban lentamente a su posición.
-¡Rápido!¡Por una de esas dos puertas!-susurró Gamarra.
Pero como tenían sincronización cero, tres de ellos acabaron
metiéndose en el baño, y otros tres en el backstage.
-No se ve nada de nada-comentó Jersi palpando en la oscuridad.
De repente algo cayó al suelo.
-¡Enciende el mechero!-siseó Nufi.
Cuando la luz de aquel artilugio iluminó la habitación,observaron una
probeta hecha añicos en el suelo.
-La has liado parda-comentó Ratataco mirando de soslayo a Jersi.
-Alguien quería delatarnos, y ha dejado eso ahí adrede para que se
me cayera...-descubrió Jersi tal argucia.
-Claro, tranquila-respondió Nufi irónicamente poniendo los ojos en blanco.
-¡Illa tía!-exclamó Jersi llena de júbilo-Un tablero de damas.
Sus dos compañeros la miraron con resignación.
-Bueno, así al menos pasamos el rato y...-comenzó diciendo Ratataco, cuando
un ruido procedente desde algún rincón de la habitación le paró en seco.
-¿Quién se atreve a pisar la morada del brujo?-amenazó una vocecilla.
-¡Ha sido Ratataco!-sollozó Jersi, muerta de miedo, entregándole al susodicho.
-Un momento...-dijo Nufi, apuntando con el mechero-¡Eres...!
-...Un bicho...-terminó Jersi, mirándole con repulsión.
El personajillo la miró con cara de malas pulgas y habló con su chillona voz:
-¡Soy un duende!,y como se entere mi amo de que estáis aquí os sacará las
entrañas de criajos que tenéis.
-¡Fac!-exclamó una dulce voz.
Nufi volvió a levantar el mechero y a apuntar.
Una escuálida niña se hallaba encogida en un rincón.
Sus grandes ojos violáceos observaban a aquellos intrusos con una pizca de
miedo.
Su duende-mascota acudió a su lado.
-¿Qué hacéis en la sala de ensayo de mi hermano?-preguntó ella.
-¿Quién es tu hermano?-inquirió Ratataco, acercándose a la pequeña con la
intención de tocarle los mofletes.
-Georgie...-respondió con timidez, pero acto seguido se puso en posición defensiva.
-Sentimos irrumpir en este lugar tan...acogedor, pero necesitamos escondernos
durante un rato-suplicó Jersi- ¿Crees que podrás ayudarnos?
Ella los miró durante un breve instante, y señalando con su debilucha mano dijo:
-Podéis subir a la azotea. Fac os acompañará.
El duende refunfuñó al principio ante tal orden, pero acabó desistiendo al ver los
ojos persuasivos de su dueña.
Los tres jóvenes guiados por la diminuta criatura se apresuraron a salir de allí
lo antes posible. Nufi le dedicó una sonrisa de agradecimiento a su pequeña
salvadora, añadiendo:
-Muchas gracias...
-Ade. Mi nombre es Ade-susurró, con una voz tan limpia que dolía.

domingo, 11 de noviembre de 2012

An Occasional Dream

                                                                                                             

An Occasional Dream (David Bowie)

Recuerdo que vivíamos en la esquina de una cama.
Y hablábamos de la habitación sueca, de arpillería y madera.
Hablábamos con nuestros ojos de la dulzura de nuestras vidas.
Y de mañanas con ricas sorpresas.
Algunas cosas que podíamos hacer.

En nuestra locura, quemamos cien días.
El tiempo coge tiempo para pasar.
Aún sostengo un poco de ceniza para mí.
Un sueño ocasional.

Y dormíamos tan cerca.
Pero en realidad no cerrábamos los ojos.
Con equilibrio, las hojas de verano se bañaron de azul.
Un suave llanto por las noches. Fue hace mucho, mucho.
Y todavía no puedo tocar tu nombre.

El destino de los días era fuerte para ti. 
Bailabas para alejarte de mi.

En mi locura, veo tu rostro en el mio.
Guardo una fotografía.
Se quema mi pared con el tiempo.
Tiempo.
Un sueño ocasional mio.
Un sueño ocasional mio.
Un sueño ocasional mio.


jueves, 27 de septiembre de 2012

Cantar del Mio Fack



(Guerra Fría entre Armilla-Alhendín, escrita en alhendinense antiguo)


                                                                                                                

[Momento en el que los armilleros cruzaban la frontera de Alhendín
para insultar a los ciudadanos de dicho poblado-Acto 1º-)

"¿Qué es eso que vislumbran mis hojos de castrojo
si no percibo mal, en la lejanía de aquellos montes?"
"Es ni mah ni menos que un armillero cojo,
que vendrá a nuestras tyerras a cazar bisontes"
"¡Oh, probes de nosotros la que se nos viene encima!"
"¿Qué farfullas por lo bajo, hija mia de dorados cabellos?"
"Se acerca un ejército, allá atrás de esa lejana encina"
"¡Si mi vista de elfo no me traiciona estoy viendo camellos!"
Al momento se acercan los guerreros con rapidez,
oteando al viento su bandera con orgullo.
"Armilleros semos, libres nacimos, y combatiremos con avidez".
"¡Malditos truhánes! ¡Acabaréis en el trullo!
"¡Aka Paco partimos todos para decidir vuestra muerte!"
Un ratico después llegan todos los ciudadanos a dicha mansión.
"Como me llamo Paco, os deseo mucha suerte.
Yo me quedaré en mi piscina componiendo una canción".
"Paco, entre las filas enemigas hay muchas muyayas".
"Traedme a esas minas en cuanto hacavéis el meollo,
pues no quisiera que esas jóvenes acabaran como cobayas".
"¿Luego nos dejarás disfrutar de su compañía y un buen centollo?".


"¡Pichaflojas, botarates!¡Salid a dar la cara a nuestro rey!"

Los armilleros han llegado ya a las puertas de la ciudad enemiga.
El Rey Fack observa la escena y recita levantándose de su buey:
"Soy el Mio Fack, y soy todo un radical. El que parte la pana
y hace lo que le da la gana. El que conquista los castillos que 
están medio derruidos. Ten cuidado y no seas pardillo o te saco
la hoz y el martillo".
"Oemegé, que buena es esa musiquilla"
"Como pelirroja que soy apoyo ese nuevo lema"
"Y ahora preparaos para la guerra, mariquitillas..."

(Fin del Acto 1º)















lunes, 10 de septiembre de 2012

Memorias Alhendinenses 11




Capítulo 11: De vuelta al camino:

A veces solía sentarse junto a un gran tocón situado
a orillas del río.
Allí evitaba tener que pensar en su futuro, y disfrutaba
recordando con nostalgia viejos tiempos.
-Zambrano...-le llamó aquella molesta elfa.
Él sabía de sobra que lo había estado siguiendo desde
que salió de la aldea, pero aún así había querido hacer
la vista gorda.
-¿Qué quieres ahora, Anele?-preguntó este, irritado por
su agobiante compañía.
Ella sonrió con picardía y se sentó a su lado.
-Siempre que planeamos hacer una incursión en las tierras
del rey Esaurón desapareces misteriosamente-apuntó,
para después inquirir-¿ No será que evitas a toda costa
participar en tal misión?
Zambrano agachó la cabeza, quizás meditando, pero sabía
perfectamente cual era la respuesta a aquella pregunta.
-Sabes de sobra que no quiero ser partícipe de vuestras
excursioncitas en aquella región maldita...-pareció escupir la
última palabra- Ayudaré todo lo que pueda en la aldea, y cuando
las cosas vayan mejor me marcharé.
Anele se acicaló su larga melena azabache, jugueteando con los
tirabuzones que se le formaban.
-Quieres atenuar la sensación de culpa que se te enrosca en el 
pecho con avidez cada día que pasas aquí...-le susurró con voz serena-
Te arrepientes de lo que le hiciste a tu gente.
La palidez de Zambrano iba en aumento conforme Anele hablaba.
-Piensas que hiciste mal al abandonarlos, y te duele...
-¡Cállate, maldita sea!¡Cierra la boca!-gritó Zambrano, mientras sus
ojos escupían lágrimas por primera vez en mucho tiempo.
-¡Oh, venga ya!-exclamó ella, agarrándole del brazo-¿De verdad
temes por la vida de esos infelices? Ellos eligieron ese camino, que
únicamente les conducirá a la muerte.
El muchacho no podía creer las barbaridades que soltaba su
compañera por esos voluptuosos y maliciosos labios.
-Tú no eres como esos cabezas hueca-prosiguió ella- Nosotros
lograremos derrocar a Esaurón del trono. Mi pueblo lleva
años luchando contra esta amenaza.¡Por esta razón decidimos
separarnos del resto de nuestras familias!¡Por esta razón nos
conocen como los Elfos Renegados! Vivimos apartados del
resto de nuestra raza y se nos trata como a mugre social...
-Anele...-intervino Zambrano, que se había puesto en pie.
-Aclárate de una vez de que lado estás, Zambrano- pidió
ella-Encuéntrate a tí mismo.
El joven elfo abrió los ojos como platos y en su rostro se
dibujó una suave sonrisa.
Sin previo aviso, sus labios se encontraron durante un breve
segundo con los de Anele.
-Gracias, de verdad-le dijo este, iniciando con paso ligero
una marcha que le conduciría a un destino todavía incierto.
El rostro de la elfa adquirió una tonalidad rosácea, y sus
labios apenas fueron capaces de balbucear algunas palabras:
-¿A dónde vas?
-A encontrarme a mí mismo-respondió un jovial Zambrano.
Nunca había estado tan seguro de algo.






Un rayo de luz salió propulsado de aquel báculo que portaba,
barriendo a cuatro bichejos peludos y babeantes que intentaban
entrar por la ventana.
-¡No es suficiente!-gritó Gásquez, dando golpes a diestro y
siniestro con una silla roída.
-¡Allí!-señaló Ratataco a la cama donde yacía Jersi.
Encima de esta había un pequeño y despeluchado ser de aquellos,
dando saltitos y con la mirada fija en mí.
-¡Detente maga!-chilló, gorgoteando y acercando sus puntiagudas zarpas
hacia el cuello de la pequeña hobbitt.
-¡Parad!-les dije a ambos muchachos, temiendo por la vida de mi amiga.
El brujo continuaba dormitando, transmitiéndole una gran cantidad
de energía a la muchacha.
-Podemos llegar a un acuerdo...-persuadí al demoníaco trasgo.
El bichejo vaciló durante un breve instante.
-Entregaros todos, incluidos el brujo y el elfo renegado...-musitó-
y nadie sufrirá daño alguno.
Bajé el báculo con resignación. Estábamos perdidos.
-Nunca...-susurró George débilmente, despertándose.
Aquella fierecilla rió con malicia.
-Apenas tienes ya fuerzas para hablar, brujo traidor-y diciendo
esto, le propinó un cabezazo en el abdomen.
-¡No!-grité, mientras Sergio me agarraba impidiéndome
cualquier movimiento.
George se levantó tambaleándose.
-No me subestimes...-dijo con ira, lanzándole al
trasgo un hechizo que lo consumió hasta convertirlo
en cenizas.
Tras esto, y un tanto exhausto, cargó con Jersi
a hombros y con una potente voz exclamó:
-¡Esvanesco!
Y ambos se volatirizaron en la noche.




Se levantó gritando en mitad de la noche, con el
colgante-calavera palpitando en su pecho.
-Está muy cerca...-susurró, respirando con dificultad.
-¿Quién está muy cerca?-preguntó alarmado Fack.
Ella cogió a su fiel duendecillo y lo miró con sus grandes
ojos castaños.
-He notado la presencia de mi hermano muy cerca...-
respondió.
-No digas nada-le indicó Fac, poniéndose en guardia
repentinamente-Vienen a buscarte.
Y tras decir esto, chasqueó los dedos y se convirtió en
una pequeña luz blanca que se introdujo en la calavera,
haciendo desaparecer tal abalorio y sustituyéndolo por
un diminuto unicornio tallado en madera.
Las puertas de la estancia se abrieron estrepitosamente y 
dos personas penetraron en su interior.
-¡Ahora es el momento, amo!-chilló una irritante voz- No hay
porque demorar más esto.
El rey Esaurón habló en un susurro helado:
-Lo haremos mañana, cuando la luna llena se alce en el cielo. Hoy
no es la noche idónea, y no me voy a arriesgar a perderlo todo sólo
porque los mordorianos y ese brujo del demonio sigan con vida. Tan
sólo son unos pobres infelices que están acabados...no hay ninguna
posibilidad de que se entrometan en nuestros planes, así que todo
transcurrirá según lo planeado.
El esbirro enmudeció y le tembló un poco la voz cuando afirmó:
-Como usted desee, señor. Todo se hará según sus indicaciones.
La joven suspiró aliviada cuando la habitación se vació y el silencio
volvió a invadirlo todo.
-George, me queda muy poco tiempo...-murmuró sin apenas mover
los labios.



-No sé si me entiendes, pero ahora necesito tu ayuda, así que por favor,

trata de atenderme...-explicó George a una inquieta hobbit que enseñaba
los dientes amenazadora, mientras el brujo, malherido, trataba de evitar
que se lanzara sobre él.
Los ojos de Jersi se habían vuelto dorados, y un espeso pelaje cubría
ahora la mayor parte de su cuerpo, incluido el rostro.
-Todos estamos metidos en problemas, así que no tuerzas más las cosas.
La pupila de la joven volvió a su color habitual y se acercó dando bandazos
hacia el Nigromante.
-¿Qué ha pasado?-preguntó confundida, arrodillándose ante George, quien
yacía en la espesa hierba. Este respiraba con dificultad.
- Te traje aquí para que no corrieras peligro-comenzó explicando- Hemos
estado cuidando de ti estos días, pero la situación se ha vuelto bastante
insostenible y he tenido que teletransportarnos hasta aquí para salvarnos
a ambos, ya que estábamos demasiado débiles para ayudar. Únicamente
hubiéramos sido una carga para ellos...pero también su sentencia.
El rostro de Jersi palideció.
-¿Qué me ha pasado?¿Y a los demás?-preguntó, con los ojos abiertos
de par en par.
-No hay tiempo para explicaciones ahora-cortó el brujo- Necesito
concentrarme para reunir toda la energía que te he prestado y acudir
a ayudarlos, si no es ya demasiado tarde...
-Coge parte de mi fuerza espiritual, nigromante de pacotilla-ofreció
una afable voz que George reconoció enseguida.
Justo detrás de él se hallaba un apuesto elfo con una sonrisa picarona,
y una mirada de disculpa que parecía buscar el perdón de su amigo.
-Siempre tarde, para no variar...-le espetó George, cogiendo la mano
que Zambrano le ofrecía, teniendo la certeza de que esta vez se quedaría
con ellos hasta el final.


-¿Qué demonios es esto?-preguntó Ratataco, tropezando con Sergio

y cayendo de bruces sobre algo esponjoso y moldeable.
-Yo no he hecho nada...-respondí, sintiéndome el centro de sus miradas.
-¡Eh!¡Fijaos!-exclamó Gásquez señalando hacia el frente- Los trasgos
están ahí fuera...y nosotros estamos dentro de una especie de...
-Esfera escudo-terminó una dulce vocecita.
Encima de nosotros había una pequeña duende ataviada con una túnica
de color rosa pálido.
-¿Quién eres?-quiso saber Sergio, agarrándola con suavidad de las
pequeñas alas transparentes y atrayéndola hacia si.
-¡Eh, cuidado!-gritó ella- Me llamo Dechy y me ha enviado Zambrano
a buscaros. Aunque no entiendo porque querría encontrar a unos
seres tan feos...-se burló risueña.
Todos enmudecimos. Aquel nombre retumbaba ahora en nuestros oídos.
-Sólo puedo proporcionaros protección limitada hasta que llegue él-
informó Dechy- Los trasgos son bastante tontos por normalidad, pero
hay cientos y pronto el escudo comenzará a debilitarse.


Un intenso dolor recorrió el corazón de George y el colgante calavera

que yacía colgado de su cuello se adhirió a la piel del brujo, temiendo
ser arrebatado de aquel lugar y de aquella alma a la que estaba sujeto
de por vida.
-Quema...-musitó.
Jersi le tocó suavemente el brazo.
-¿Qué ocurre?
Los ojos de George buscaron el rostro del elfo.
-Ella...-dijo tartamudeando- He notado su vida palpitando en el colgante...
-Tú hermana aún vive-reveló Zambrano- Pero no por mucho tiempo.
El cielo se tiñó entonces de púrpura, y un amanecer inminente comenzó
a aparecer en aquel maldito cielo.
El tiempo transcurría vertiginosamente. Debían actuar con rapidez.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Experiencias Enriquecedoras

Parte II: Hacia lo salvaje




El miedo apresaba el corazón de las dos muchachas,
que estrechaban sus manos con demasiada fuerza, quizás
esperando el final de aquella improvisada aventura.
Desde el campo de maizal situado a la izquierda de ambas
llegaban improperios en una jerga ya habitual en
esa región. Pero todo quedaba en la lejanía, a pesar de haber
parecido tan cercano.
-¡Sólo son las voces de los canis del pueblo celebrando las
fiestas!-exclamó Pauline, suavizando los rasgos de su pecoso rostro.
-¡Buff! Menos mal...-suspiró Neyai, soltándose de la mano de su
compañera- Me sudan las manos, ejem...
Hacía rato que habían dejado atrás los alentadores resquicios de luz,
y ahora los únicos sistemas de iluminación que poseían para continuar
eran la propia luz de la luna y la linterna del móvil de Pauline.

La llamada de lo salvaje era cada vez más real y viva, y Neyai gimió
asustada ante un miedo que pocas veces había experimentado:
terror a lo desconocido.
Pronto llegaron al principio de un largo puente de asfalto del cual no
se distinguía el final. Los vehículos que por allí pasaban circulaban
demasiado cerca del quitamiedos como para no poder cruzar con
seguridad, así que las dos muchachas salieron de la calzada y se
internaron en pleno campo, buscando quizás otro camino alternativo
menos peligroso.
Las ortigas y plantas punzantes se enroscaban con avidez en las piernas
de Pauline y Neyai, magullándolas sin piedad.
-Una acequía...-murmuró Neyai parándose en seco, y todas sus esperanzas
se evaporaron.
-Es demasiado ancha como para cruzarla...-se fijó la joven pecosa preparándose
para darse la vuelta.
La luz del móvil se apagó, y la oscuridad acompañaba ahora a los sonidos nocturnos
de aquel paraje.
La siniestra atmósfera invadió el calor de sus corazones, y la imagen de
sus confortables hogares parecía ya tan lejana como improbable.



(Próxima continuación en el blog : cuandolasnubesquieran.blogspot.com)





sábado, 2 de junio de 2012

Had A Strange Hobby

Es triste que tu ocios y hobbies dependan casi siempre de internet.
Es triste quedarte un sábado solo, con el portátil sobre tus rodillas,
fingiendo que lo que haces es divertido, cuando podría ser muchísimo
mejor.
Y dentro de unos años, alguien se dará cuenta de que esto no es
aprovechar realmente el tiempo, y arrojará lejos la tecnología para
volver de nuevo a sus orígenes.
Es tan simple como esto: escribir en un blog, encerrándote en ti mismo,
en vez de contárselo a las personas que te rodean.
Dialogar. Reír. Entender. Conocer.
Y para cuando te has dado cuenta, ya es casi imposible dejarlo.

miércoles, 18 de abril de 2012

Laughs




La vida duele.
Aunque pueda esforzarme más por superarla,
siempre vuelvo a recaer.


No nací para soportar esto.
Todo me traspasa y me hiere.
Me duelen los demás, me duele el miedo, me duele
este bucle interminable de emociones, me duele la
felicidad, me duele el dolor, me duele el olvido, me duele
la impotencia, la indiferencia, el pasado.
¿Para qué seguir adelante?
Porque quitarse de en medio es para cobardes.


Nunca he sabido luchar, ni perder, ni defenderme.
A veces me resigno y dejo que los demás se burlen de mí,
lo hagan bromeando o no.
Y todo para recibir ¿qué? Pues un abrazo, joder.
Un puto abrazo que me haga sentir mejor. Porque los abrazos
son para mí uno de los gestos de aprecio más bonitos que existen.
Y una de las cosas por las que merece la pena vivir en este mundo.


Llevo años viviendo en una burbuja, aislada del mundo.
Ya se le está escapando el aire por varios sitios.
Y por una vez debo tomar yo la decisión: ¿La exploto?¿Aguanto
de esta forma hasta el final?
Ya me da igual salvarme o no.

martes, 17 de abril de 2012

Me gustaría saber



Supergrass(I'd Like To Know)


Me gustaría despertarme en sábado y decirte hola.
Una taza de café y fumarme uno o dos cigarrillos.
Nunca me había ido tan bien, durante tanto y tanto.
Pero ahora ya lo tengo, podría ser como antes.
Me gusta correr alrededor de todo el mundo, sabes que es verdad.
Conducir por la calle, estoy siempre en busca de una vista mejor.


Me gustaría saber a donde van todos los extraños.
Me gustaría saber a donde van todos los extraños.
Me gustaría saber que conocen todos los extraños.
Voy a ir a donde se dirigen los extraños.
(Allá voy)



Me gustaría despertarme en medio de un sueño contigo.
Si, Estoy subiendo y bajando, estoy siempre en busca de una vista mejor.

Me gustaría saber a donde van todos los extraños.
Me gustaría saber a donde van todos los extraños.
Me gustaría saber que conocen todos los extraños.
Voy a ir a donde se dirigen los extraños, donde
todos los extraños van.

miércoles, 4 de abril de 2012

Noise


El amor es ruido.
Con lo fácil que es el silencio.
Y lo imposible que es vivir en ocasiones con él.

El ruido resquebraja el cerebro, las tripas, y hace latir
el corazón. Me hace sentir viva, y a la vez vulnerable.

Cuando el ruido era insoportablemente continuo, pensaba
en voz alta dentro de mi mente y desgarraba las paredes de gotelé,
tratando de no magullarme los brazos.

El silencio sólo es necesario mientras duermes.
El amor, todos los días de tu vida.

lunes, 26 de marzo de 2012

Stop

                                                                                                                          
 


Haz que pare todo.
Haz que paren sus voces o me convertirán en algo que no soy.
Temo a ese algo. No sé como se manifestará, ni en que momento
lo hará, pero sé que luego no podré volver.
Aléjalos a todos de mí, para que no pueda pensar en nada.


Siempre fui demasiado incoherente para el mundo.
Demasiado etérea. Demasiado psicodélica.
Y para cuando me di cuenta de que todo se estaba desmoronando
en mi interior, ya había echado la llave.
Sólo una puerta continuaba abierta.

martes, 13 de marzo de 2012

Isn't It Good...?




Como atrapada en una tela de araña.
Alguien dijo: eso es amor, eso es amor.
Lo sé.
Televisión, dientes, paz.
Ella no tiene tiempo para estar conmigo.
Esto es tierra de nadie, donde no hay normas.
Si hago daño a alguien, que le jodan.


Es un día cualquiera en mi mente, en mis sueños.
El tiempo va pasando, y no hago nada por mover mi ficha
de dominó.
Si. Estoy pensando que es contigo con quien quiero pringarme
en la mugre urbana.
De todas formas carece de importancia, puesto que hace
tiempo que te fuiste lejos.
Y tu sombra sigue creciendo cuánto más largo es mi brazo.


Lloré interiormente y me paré en seco cuando vi la belleza del
amor en tus ojos.
Quiero irme a casa, y ver a la rubia.


Me voy de viaje. Un final sin destino.
¿Acaso no es bueno estar perdido en el bosque?
Las risas histéricas me persiguen.


Conocí a una chica y aún la quiero.
Esta es mi historia de amor. Allá voy.

martes, 6 de marzo de 2012

Nasty person


Soy una persona asquerosamente sensible.
Puedo sentir como una melodía me desgarra el pecho hasta
penetrar en mi alma.
Puedo adquirir la textura y el color tanto de un día nostálgico de
otoño, como de una jornada fría y gris invernal.
Soy vulnerable al cambio y a la exposición.
Soy inmadura e infantil, y suelo frecuentar las nubes.
Me gusta donar sangre, y sentir que hago algo por la humanidad.
Adoro la lluvia, aunque sólo si estoy cobijada.
Me encantan los días de sol, porque parece que voy a comerme el
Mundo.
Siento mariposas continuamente, y se me encoge el alma.
Soy insegura a más no poder e incluso me sigo mirando los pies
mientras camino por si acaso se me olvidaron las zapatillas en casa.
Las emociones me traspasan todo el tiempo, y siento que voy a explotar.

Mi mente parece abierta por toda la psicodelia de la que me he atiborrado
durante incontables años, pero realmente podría decirse que no veo más
allá de mis narices.
Soy un complejo y limitado ser humano, y me odio por ello.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Dandelion

-Las palabras se las lleva el viento- dije.
Él me observó durante un breve instante.
-Y al viento,¿quién se lo lleva?-preguntó.
Sonreí por primera vez en mucho tiempo.
-Tú-respondí al fin.


Y dejé de preocuparme por el "Madcap", por el blanco y negro
y por las sonrisas de hace cincuenta años.



lunes, 6 de febrero de 2012

High Hopes



Él---> Parece que ha cesado el llanto, y que nadie
perturba mis oídos de nuevo.
Lo único que tengo que hacer es volver a saltar al vacío.
Ahora ya no me siento presionado, así que lo haré a mi ritmo.
Creía que las voces sonarían más despacio, haciendo estallar
mis tímpanos, pero la luz brilla, y aunque estoy solo, no volveré
a tirar de la cuerda del telón para dar lugar a un nuevo escenario.
Desayuno soledades con la leche, y aunque está un tanto amarga,
carece de importancia.
Ya no soy un espantapájaros a merced del viento, y supongo que
podré dejar a un lado las cosas que no me gusten algún día de estos.
Queda un hueco enorme en mi pecho, y mis brazos aún continúan
rodeando a ese alguien que ya no está.
Sonrió de nuevo. Es hora de buscar algo con que rellenarlos.




Ella---> Ha sido todo como un sueño, en el que las campanas
repiquetean al fondo de la estancia, y recuerdas aquella canción con
la que besabas en compañía.
Sólo que ya he dejado de escucharla.
Altas esperanzas.
La noche no parecía tener fin mientras metía en una maleta los viejos
recuerdos, los planes, tus sonrisas, y por último, y envuelto en un viejo
trapo, mi corazón.
Y pensar que sonreía mientras palpaba la suavidad y la dulzura que parecía
emanar de él.
Y reí, al recordar de nuevo a esa estúpida niña que, lejos ya de meter su
cabeza entre cualquier barrote, dormía en una enorme cama, abrazada
a un pequeño bultito peludo y gris, que pretendía robarle todo el calor
de la tarde.
Y las margaritas no siempre eran limpias, sino amarillentas y con un
desagradable olor a día que se acababa.
"Angelina, los días de verano han acabado"-parecían murmurarme
al oído.
Me giraba entonces, con mi habitual sonrisa torpe y mis grandes ojos
inocentes.
"Vuelve a casa".
Y continuaba por aquel sendero, caminando y divagando sobre la nueva
hoja que el futuro me deparaba, arrojando lejos la maleta, y sopesando
entre mis manos el único objeto que valía la pena haber recuperado.
Y latía entre mis manos, pidiendo a gritos que le dejara entrar de nuevo,
prometiéndome que no volvería a llover más.
Nunca más se equivocó.

viernes, 20 de enero de 2012

Anotaciones Al Margen Del Diario De Un Nigromante


Un Par De Morcillas







Son las 6 de la mañana, aún de noche en aquellas tierras de
Siberia donde en esa época eran escasas las horas de luz.
El joven George se acababa de levantar y afianzar su 
desgastada túnica.
-Ignis fluctus – gritó.
Era un hechizo para protegerse del frío que aprendió desde
los primeros días, con los visibles efectos secundarios que se
pueden observar en su chamuscada perilla.
Cogió algo para picar, grasa de cacahuete y su último intento
de poción vigorizante que sabía a sopa de calabaza, para continuar
con el trabajo de adivinación que debía entregar esa misma mañana.
Y mientras la pluma escribía lo que a bien menester le parecía,
George miraba con añoranza su colgante de calavera.
Había pasado ya un año para él en aquellas tierras y le
habían parecido eones, completamente solo, apenas la compañía
de alguna  sobremaquillada vampira y aquel ingeniero de varitas con el
que juega a póker vía tuenti.
Aun así seguía convencido y sabía que debía terminar su entrenamiento.
En ese momento se escuchó un fuerte estruendo. Dudó durante unos
momentos.
El transiberiano no debía pasar hasta la semana siguiente,
cuando la puerta de la habitación cayó abajo.
Entraron un total de seis individuos que pudo identificar fácilmente como
magos rojos por el color de sus capas.
Rápidamente lo rodearon.
-¿Qué buscáis aquí? ¡Largo!-dijo atónico, aunque realmente sabía porque
estaban ahí.
-Sommus. – susurró el más alto y George cayó en un profundo sueño.

Se despertó atado de pies y manos en una vieja silla de madera.
El mismo mago que lo había dormido le miraba fijamente.
-¿Dónde lo has escondido?
-No sé de qué va todo esto, pero no tengo nada que ver. –dijo,
intentando ser convincente.
-Sabemos que fuiste tú el ladrón.Está todo grabado.
Mientras tanto alargó la mano hacia atrás, y automáticamente
un individuo colocado dos pasos más atrás avanzó y
colocó una, aparentemente, pesada perla color esmeralda.
El mago rojo deslizó su mano por encima. Se empezó a ver
a un chico encapuchado como se acercaba en plena noche
a una vitrina, iluminada por un extraño objeto que había en su
interior, de un brillo cercano al de una estrella.
Tras un largo periodo que permaneció observándola, se decidió
a proceder y destruyó el cristal con una maza, con apariencia
de poseer algún sangriento encantamiento, y substrajo la
esfera brillante.
En ese momento mientras huía giró sobre si, pudiéndose
apreciar su rostro.
No cabía duda, le habían descubierto.
-La robé para pagar una apuesta.
Hacía unos meses había paseado por la Casa de los Magos Rojos,
un magnífico edificio a las afueras de la pequeña villa donde se
enseñaba aquel peculiar arte de la magia del fuego.
Fue cuando vio por primera vez aquella peculiar esfera.
Estaba colocada al fondo en una pequeña vitrina, en una sala
que parecía ser usada entre una mezcla de museo y desván,
donde hacía mucho tiempo que no iba nadie.
Tenía algunas deudas con el ingeniero Peralta de su última timba
de póker, y supuso que le gustaría ese objeto. Así que decidió
darle un mejor uso.
Esa misma noche se adentró en el edificio.
Realmente nunca llegó a dársela.
-Ya hemos hablado con ese mequetrefe y está muy seguro de
que nunca ha visto el ente. Tanto que ahora mismo alucina con
felinos correteando por las paredes.
-El “hada verde”- susurró George.
-Veo que te das cuenta de que vamos muy en serio-susurró-
Es un objeto muy peligroso, la energía que hay en su interior
es incontrolable. Estás poniendo muchas vidas en peligro.
-No puedo dárosla. Realmente la perdí, me la han robado. Pero
si te traes eso, nos echamos unos chupitos, ¿eh?
-Muy gracioso. Jojo juju jejeje-rió.
Tras unos segundos de miradas fijas y desafiantes que hicieron
saltar algunas chispas, (ardiendo incluso el calcetín de uno de los
magos) salieron todos de la habitación sin mediar una palabra más.
Cuando se aseguró de que no lo vigilaba nadie, se desató.
Aunque con cierta dificultades y algún que otro ademán de
sufrimiento.
Sacó la calavera.
Allí dentro estaba el magnífico objeto. Podía imaginar dentro de
los ojos su ardiente brillo.
No sabía mucho de los entes confinados pero le acababan de
advertir de su gran poder, así que era su mejor baza para salir de
allí antes de que volviesen a torturarle.
Con lentitud se levantó y desvinculó la esfera de su receptáculo.
Mantuvo al objeto en el aire, levitando. Iluminó toda la sala de un tono
naranja llameante a la vez que oscuro y profundo.
Pero a pesar de toda su belleza como objeto decorativo no
lograba vislumbrar donde se hallaba todo su poder.
Alargó su mano y la agarró. Entonces sintió como si
intentase comunicarse con él.  Una energía le atravesó por completo
y más allá de su poder hipnotizante, “libérame”, quiso escuchar
entre susurros en un arcano muy antiguo.
-¿Qué eres?- preguntó George.
-Soy una criatura de ensueño. Un súcubo.
-Dime. ¿Cuántos sueños hay que robar para ganarse una
condena así?- la esfera no parecía una prisión muy cómoda y
son muy conocidos los delitos de este tipo de criaturas.
-Necesito una oportunidad para cambiar. Supongo que también
conocerás el alto grado de lealtad que presentamos a nuestros
amos- murmuró-Siento una fuerte energía en tí, y un destino que
hace vibrar llamas.
El nigromante también había leído acerca de lo convincentes
que podían llegar a ser esas criaturas, pero se encontraba frente
a un precipicio y ella lo podía ayudar.
-Ven pues a este mundo y aléjate de los barrotes que te someten-
dijo con fuerza.
Soltó la esfera la cual fue aumentando poco a poco de tamaño
tomando extrañas formas llameantes.
Recorría toda la habitación con avidez hasta que al final se
depositó en el suelo con forma de remolino que fue tomando
la forma de una joven muchacha.
-Vamos, te sacaré de aquí.
Dicho esto derrumbó la puerta de un fuerte estallido.
George sobresaltado, aún estupefacto del espectáculo que
acababa de presenciar, reaccionó con fuerza y siguió a la
súcubo.
Avanzaron sin pausa por los pasillos arrasando con todo lo
que se interpusiese en su camino.
Ávida de acción no paraba de desparramar su poder lanzando
fuertes llamaradas, deformando su cuerpo, arremolinándose
en sus víctimas y burlándose de ellas mientras les arrancaba su
último suspiro.
Mientras George corría tras ella cuidando de lo que pisaba e
intentando que no saliese ardiendo su vieja túnica.
Ya en las afueras de la ciudad, a varias millas de La Casa Roja
pararon a descansar. No era demasiado tarde, pero ya anochecía.
-No sé cómo agradecértelo- dijo el nigromante aún falto de aliento.
-Me has devuelto la vida, soy yo la que te debo gratitud eterna.
-No empecemos con rollos de genios, elfos domésticos y cosas así-
se mofó- Por cierto, he cogido un par de morcillas mientras
huíamos....si pudieses usar uno de tus trucos...
La súcubo empezó a preparar una improvisada barbacoa.
-¿Qué piensas hacer ahora conmigo?- preguntó la flamígera
muchacha, mientras sus formas se desenvolvían un tanto
insinuantes.
-Tal vez deba conservarte-dijo, intentando guardar la compostura-
Me has servido bien.
-¿Te ha gustado?- ironizó, mientras alargaba su brazo y lo pasaba
alrededor de los hombros de George deslizando su cuerpo lentamente
hacia él-Puedo darte más-los ojos de la muchacha se tornaron en vivas
llamas y se acercó aún más al muchacho.
-¡Cuidado!-exclamó el muchacho aprovechado para alejarse de la
súcubo. -Se va a quemar la morcilla-se agachó y cogió los dos trozos.
Se acercó y le dio uno a ella.
- Sé todo lo que puedes llegar a saber con uno de tus besos-desafió,
intentando ser convincente con ademán de líder.
-¡Jo! Habría sido divertido-la súcubo oscureció su brillo y se retiró
velozmente a la roca donde descansaba inicialmente.
-Tendrás tiempo para conocerme un poco mejor. He pensado que
como tu apariencia llama algo la atención, podrías vivir aquí.-le propuso,
enseñándole la calavera.- Créeme, es mucho más amplio de lo que parece.
Y así continuó la tarde, hablando y disfrutando de aquel pequeño festín
hasta que se puso el sol y ya no se veía nada.




(Lyrics by George)

Let it be

Mi foto
And what exactly is a dream?