jueves, 8 de julio de 2021
From the Fires II
miércoles, 7 de julio de 2021
From The Fires I
miércoles, 21 de abril de 2021
The Watcher II
Estaba absorto en su mundo. Pero aún sonreía como un niño concentrado en algo.
Quizás la sonrisa era lo único que lo asemejaba con un niño. Porque todo en él era sensualidad, atracción indiscutible.
Mis ojos rodaban sobre sus fuertes brazos. Me fijé en que se mordía el labio inferior, pensativo.
Pensé en decirle algo. Pero, ¿qué podría decir yo a aquel ser de luz?
Cerré los ojos y me di la vuelta. Apreté los puños. No podía dejar de pensar en sus labios.
En un abrir y cerrar de ojos sentí como su mano aferraba la mía y sus labios se posaban en mi cuello.
Sabía que aquello no estaría nunca bien. Que era un sueño dentro de otro sueño.
Pero ardería en el infierno con gusto.
Me di la vuelta y encontré su rostro a escasos centímetros del mío. Su mirada avellana estaba seria, pidiéndome permiso, expectante.
¿Haría yo esperar a aquel ángel?
Deslizó su mano hacia mi barbilla, sujetándome el rostro para depositar un largo beso en mis labios.
Aquello sabía a vida; al agua fresca que recorre tu garganta en un sofocante día de verano. También tenía cierto regusto a miel. Me empalagaba de la misma forma en que lo hacía su voz, adhiriéndose a mis tripas.
Deseé que nunca se separara de mí.
Y allí siguió. Jugamos a adivinar nuestras formas y a tratar de encajar.
Notaba el infierno cerca. Me había zambullido de lleno en un torrente de lava que fluía por mi interior, abrasando cada fibra de mi ser.
Me atreví a mirarlo. Seguía sonriendo, con los ojos entrecerrados y la satisfacción pintada en su rostro. Juraría que ronroneaba.
Puestos a morir, recorrí su espina dorsal con la uña. Era una curva perfecta.
Pero no tanto como sus labios; siempre sus labios guardando ese arma letal. Aquellos dientes que se me antojaban como unos colmillos relucientes bebiendo de mi sangre y despellejando mi piel.
Dispuesta a sufrir aquella placentera agonía una vez, y otra, y otra.
El escenario se oscureció y me vi ante otra puerta cerrada.
La batalla había comenzado.
martes, 9 de febrero de 2021
The Watcher I
Él es un niño grande. Veo su gran sonrisa, iluminando el mundo. Su cabello pajizo ondeando con cada movimiento. Se ríen entre ellos, y percibo la complicidad más enorme que he visto nunca.
No se da cuenta de lo que transmite. No parece de este mundo.
Sale del agua. Renace la perfección cada vez que lo hace.
Pienso en sus ojos cerrados con suavidad, sus largas pestañas reposando sobre ellos. Soñando como un niño tranquilo, frunciendo los labios ligeramente entreabiertos. Ajeno al mundo.
Su voz es cálida, protectora, envolvente, sugerente. Arrastra juventud, frescura, paciencia.
Él respira hojarasca, nubes de tormenta, madera quemada. Sube con paso lento, decidido. Lo siguen muy de cerca. Sonríe con amplitud. La respiración se contiene.
Echa la cabeza hacia atrás y dirige la vista al cielo.
Cierra los ojos.
Vive.
Vuela.
Por encima de lo mundano.
Es un niño que no crecerá.
Seguirá fumando bajo el telón.
Continuará sonriendo con esos labios prohibidos, plagados de promesas y eternidades.
El licor bajará por su dulce arma. Esperando a usarla cuando las voces aclamen su nombre.
Seré el vigilante incansable que permanecerá para recordarlo.