miércoles, 22 de febrero de 2012

Dandelion

-Las palabras se las lleva el viento- dije.
Él me observó durante un breve instante.
-Y al viento,¿quién se lo lleva?-preguntó.
Sonreí por primera vez en mucho tiempo.
-Tú-respondí al fin.


Y dejé de preocuparme por el "Madcap", por el blanco y negro
y por las sonrisas de hace cincuenta años.



lunes, 6 de febrero de 2012

High Hopes



Él---> Parece que ha cesado el llanto, y que nadie
perturba mis oídos de nuevo.
Lo único que tengo que hacer es volver a saltar al vacío.
Ahora ya no me siento presionado, así que lo haré a mi ritmo.
Creía que las voces sonarían más despacio, haciendo estallar
mis tímpanos, pero la luz brilla, y aunque estoy solo, no volveré
a tirar de la cuerda del telón para dar lugar a un nuevo escenario.
Desayuno soledades con la leche, y aunque está un tanto amarga,
carece de importancia.
Ya no soy un espantapájaros a merced del viento, y supongo que
podré dejar a un lado las cosas que no me gusten algún día de estos.
Queda un hueco enorme en mi pecho, y mis brazos aún continúan
rodeando a ese alguien que ya no está.
Sonrió de nuevo. Es hora de buscar algo con que rellenarlos.




Ella---> Ha sido todo como un sueño, en el que las campanas
repiquetean al fondo de la estancia, y recuerdas aquella canción con
la que besabas en compañía.
Sólo que ya he dejado de escucharla.
Altas esperanzas.
La noche no parecía tener fin mientras metía en una maleta los viejos
recuerdos, los planes, tus sonrisas, y por último, y envuelto en un viejo
trapo, mi corazón.
Y pensar que sonreía mientras palpaba la suavidad y la dulzura que parecía
emanar de él.
Y reí, al recordar de nuevo a esa estúpida niña que, lejos ya de meter su
cabeza entre cualquier barrote, dormía en una enorme cama, abrazada
a un pequeño bultito peludo y gris, que pretendía robarle todo el calor
de la tarde.
Y las margaritas no siempre eran limpias, sino amarillentas y con un
desagradable olor a día que se acababa.
"Angelina, los días de verano han acabado"-parecían murmurarme
al oído.
Me giraba entonces, con mi habitual sonrisa torpe y mis grandes ojos
inocentes.
"Vuelve a casa".
Y continuaba por aquel sendero, caminando y divagando sobre la nueva
hoja que el futuro me deparaba, arrojando lejos la maleta, y sopesando
entre mis manos el único objeto que valía la pena haber recuperado.
Y latía entre mis manos, pidiendo a gritos que le dejara entrar de nuevo,
prometiéndome que no volvería a llover más.
Nunca más se equivocó.

Let it be

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And what exactly is a dream?